Para hablar de resiliencia es necesario recordar que a lo largo de nuestras vidas la resiliencia ha tenido algunos sinónimos como (fortaleza, flexibilidad, adaptación, disciplina y constancia) las crisis por las que atravesamos todos los seres humanos ya sean circunstanciales o naturales propias del desarrollo psicosocial nos permiten activar una cantidad de herramientas psicológicas que empiezan a hacerse manifiestas en la resolución de conflictos.
Los desafíos de tipo personal, laboral, familiar, financieros han tenido un factor determinante y común en nuestra realidad, que evidencia que tan resilientes somos.
Esa capacidad que tenemos para adaptarnos para dinamizarnos de acuerdo con las circunstancias suele ser hoy día una de las competencias de mayor impacto no solo para vivir, también para sobrevivir frente a las nuevas formas de interacción social.
¿Lo que implica hablar de resiliencia?
Sin duda hablar de residencia requiere hablar de salud mental y de los recursos psicológicos que cada individuo posee para la adaptación sea cual sea la situación.
Las acciones y pensamientos que favorecen las resiliencias son:
1. Diagnosticar el problema: Pensamiento causal
2. Imaginar soluciones, alternativas
3. Prever consecuencias
4. Ponerse en el lugar del otro
5. Conocer las necesidades y decidir medios o el fin.
La resiliencia aplicada a cada una de las esferas de la vida se convierte en una necesidad del cambiante mundo que habitamos, el problema radica en que poco o nada nos ocupamos de asuntos del ser.
Para ser resilientes es necesario educar los pensamientos especialmente en los momentos de crisis, podemos ayudarnos con ejercicios de introspección que permitan sacar fuera algunas variables que por tener un tinte emocional se pueden salir de control haciéndonos actuar de manera poco objetiva.
Con relación a las nuevas técnicas y nuevos enfoques que se han desarrollado para el manejo de emociones, es importante no perder de vista fundamentos éticos basados en teorías científicas, la ola de influenciadores alrededor del ser ha llevado a que se cometan muchos errores desde la práctica clínica, desvirtuando las intervenciones terapéuticas, llevándolas a un segundo plano.
Cuando se habla de resiliencia es también comprender que se puede pasar por momentos de quiebre y momentos críticos donde se pone en evidencia nuestra salud mental, no necesariamente una persona resiliente está exenta de haber estado en un proceso terapéutico.
La invitación a mirarnos desde adentro es un paso importante para trabajar en nuestra salud mental y prepararnos para los desafíos de la vida a los que estamos expuestos de tiempo completo, trabajar en las resistencias de las que no somos conscientes acelerar el crecimiento personal y el camino a la conciencia.