El direccionamiento estratégico, la estructura de procesos y la cultura organizacional son la triada integral que apalanca los objetivos de una organización sin dejar de la lado las partes interesadas externas e internas que son fundamentales para la consecución del negocio, en este sentido la intervención de los riesgos psicosociales cobra gran importancia en las organizaciones; en la última década Colombia ha venido introduciendo el concepto de riesgo psicosocial de forma tímida casi desapercibida, en el año 2008 aparece la resolución 2646 obligando a las organizaciones a medir, intervenir y monitorear los riesgos psicosociales sin embargo el panorama 13 años después muestra una cultura de intervención basada solo en la medición, dejando de lado la verdadera intención de abordar los riesgo desde la raíz del problema y con intervenciones serias que promuevan el cambio.
Los costos ocultos asociados a la no intervención de riesgos psicosocial se traducen no solo a incapacidades prolongadas, pérdida de capacidad laboral, también se compromete la credibilidad de la empresa y el desgaste operativo que implica resolver sobre los efectos.
Trabajar en función del riesgo psicosocial de forma correctiva sin duda alguna resulta más costoso que abordar primariamente el riesgo, incluso da lugar a modificaciones en la práctica organizacional que sin saberlo pudieron estar presentes durante mucho tiempo como un enemigo silencioso que golpea las finanzas, llevando a la empresa a no ser eficiente y efectiva algo totalmente contraproducente con la estrategia empresarial.
Si bien es cierto que el core del negocio no es la salud y seguridad de los colaboradores no se puede olvidar que es un requisito normativo que moviliza el cumplimiento del objetivo, una muestra de que las empresas pueden identificar tempranamente sus prácticas como protectoras o no, es la resolución 2404 de 2019 emitida por el ministerio del trabajo que obligar a intervenir los riesgo desde una fuente primaria y lo hace compartiendo protocolos asociados a la gestión de la organización, es importante que las empresas permitan que sus procesos y prácticas sean evaluadas a la luz de esta normativa no solo para implementar nuevas estrategias también para eliminar y sacar de circulación aquella políticas incluso cultura arraigada que podrían ser el detonante del riesgo psicosocial.
De forma abierta y clara las indicaciones del ministerio nos están llevando a despertar conciencia de la intervención, desde el 2019 cuando se emitió la resolución 2404 el panorama cambió y las empresas que no se están dejando alinear están pagando con los efectos del estrés en sus colaboradores que entre otras representa poca rentabilidad.
El dinamismo que acarreó la pandemia nos permite ver con más claridad la necesidad de abordar las necesidades relacionadas con la salud mental de los colaboradores y la relación directa que existe entre el trabajo -estrés y es cuando aparece en octubre de 2020 la circular 064 para reforzar el principio humano de intervención sobre el riesgo y nos invita a solidarizarnos con la realidad del contexto para elevar nuestro nivel empresarial a ser cada vez más saludable.