Por: Alejandra Restrepo Hincapié
Encontramos un dicho popular que dice: “en casa de herrero cuchillo de palo”, y quiero hacer alusión a esta frase, pues me parece bastante pertinente para el tema que vamos a abordar.
Actualmente, para la mayoría de empresas es una prioridad el diseño e implementación de estrategias de servicio al cliente, que les permita marcar la diferencia, convirtiéndose en aliados de sus clientes y buscando una relación de largo plazo.
En un mercado cada vez más competido, las empresas se enfrentan con personas/clientes cada vez más informados, críticos y llenos de información. Se realizan innumerables esfuerzos en responder a la pregunta: ¿Por qué somos mejores que la competencia?, con el propósito de identificar aquellos aspectos diferenciadores, que les permitan fidelizar y “retener” a sus clientes, permitiendo la sostenibilidad y crecimiento del negocio en el largo plazo.
Existen dos tipos de clientes: los clientes externos consumidores del bien o servicio, y los clientes internos: colaboradores para crear el bien o servicio.
¡Pues bien, una empresa la hacen sus colaboradores y el trato que ellos les den a los clientes hace la diferencia!
¡La diferencia está en los detalles! Es lógico que el colaborador al sentirse especial e importante, dará lo mejor de sí para el logro de los objetivos de la empresa, los cuales se revertirán en bienestar para sí mismo y su propio entorno.
Todos los esfuerzos que la empresa hace para satisfacer al cliente interno, se reflejaran de manera directa en la experiencia del cliente final con nuestro producto o servicio, pues su calidad esta permeada por la cadena de valor y el aporte cada miembro del equipo le impregne.
Los expertos en el tema sugieren los siguientes tips para generar motivación y sentido de pertenencia hacia la organización:
- Cree espacios cómodos de reunión
- Reconozca el trabajo bien hecho
- Realice actividades por fuera de la empresa
- Escuche las sugerencias de los colaboradores
- Sea empático
Es tan importante el cliente externo como el cliente interno y recordemos que nadie da de lo que carece, por lo tanto el fortalecimiento de las competencias humanas se convierte en una fortaleza competitiva para la empresa actual.