Por: Lila Jiménez / Psicóloga Senior
Entender que los sistemas de gestión se convierten en un aliado de intervención para el riesgo psicosocial, es tal vez una de las nuevas premisas de la gestión y desarrollo organizacional, para esto es necesario comprender las bondades y beneficios de un sistema de gestión, que logra no solo consolidar procesos, sino que también construye ideas, cultura y comportamiento organizacional.
La historia de los sistemas surge entre otras por la premura de potenciar las bondades del negocio, optimizando el producto y todo lo que pudiere intervenir en él, por otra parte, el mercado los clientes y el cumplimiento del marco legal vigente, que cada vez es más exigente.
Cuando hablamos de riesgo psicosocial, surge como protagonista el componente intralaboral, compuesto por dominios y dimensiones relacionadas directamente con la labor y el quehacer cotidiano del colaborador, es justo en este componente donde a partir de la identificación de las prácticas organizacionales podemos reconocer el aporte que la organización le da al riesgo psicosocial, que se puede presentar para potenciar y/o materializar el riesgo, o por el contrario que tenga suficientes elementos protectores para minimizar el riesgo.
Para lograr una organización saludable en términos psicosociales se necesita más que liderazgo y motivación, se requiere de una herramienta que ayude a organizar los procesos internos, identificar riesgos, mejorar la comunicación interna y externa y que además informe cuando las cosas no está bien.
Existe un punto de encuentro entre la implementación de un sistema de gestión y la intervención del riesgo psicosocial, este momento hace referencia a la participación y compromiso de todo el personal de la organización, que empieza por el equipo directivo, pasando por mandos medios hasta llegar al nivel operativo, permitiendo así procesos transversales, que mantenga un lenguaje universal de los términos asociados; quienes somos optimistas en la intervención del riesgo psicosocial, apuntamos a esta sana y valiosa interacción, aprovechando los recursos de estandarización, comunicación, retroalimentación del desempeño, métodos de tiempo, entre otros, tomándolos como elementos reguladores del riesgo, que permitan a la organización ser cada vez más saludable.
La percepción es parte fundamental en el proceso de identificación de riesgo, basado en ella se dan los resultados de medición, por tanto, es preciso abordar integralmente todos los agentes con los que interactúa el individuo en la empresa, esto incluye; procesos, operatividad maquinaria, Recurso, métodos y formas de trabajo, esta dinámica nos permite ver de manera interdisciplinaria el riesgo para poder intervenirlo, permitiendo no solo el aporte de otras áreas, sino que también se genera el compromiso de intervenir día a día el riesgo, siendo cuidadosos en la forma de trabajar incluyendo la metodología y los controles necesarios que permitan un Excelente producto pero que además mantenga a colaboradores satisfechos.