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Autoconocimiento como herramienta en el bienestar emocional

Siempre nos hemos esforzado por conocer muy bien a las personas que nos rodean y hemos prestado gran importancia a entender la emocionalidad del otro y del porqué de su actuar, buscando respuestas de como relacionarnos mejor frente a las situaciones y las diferentes personas que pasan a lo largo de nuestro camino. Sin embargo, no nos percatamos que el conocernos a nosotros mismos es la clave para el manejo asertivo de las relaciones en los diferentes escenarios de la vida, pues es el autoconocimiento el que me permite ser en la mejor versión con el otro.

Ahora bien, cabe resaltar que el autoconocimiento no es un proceso fácil, requiere de tiempo y conciencia, pues involucra cada sentido además de un nivel de autocrítica alto, ya que no es solo identificar lo bueno que tengo para ofrecer, sino como eso puede ser poco visible por los aspectos que debo fortalecer y no me permiten tener un bienestar con el otro, puesto que la gestión de emociones y hacerse cargo de lo que se es, permite fluir e interactuar de la mejor manera no solo con los demás, sino también consigo mismo, ya que se identifica incluso el contexto que desestabiliza y como se puede superar el impase o como tramitar el momento, mostrando un grado de responsabilidad y madurez frente a los diferente escenarios de la vida.

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También es pertinente mencionar que el autoconocimiento no solo me permite interactuar mejor y gestionar el momento, sino también hacer una reevaluación positiva de lo que estoy haciendo, de como influye en el bienestar y si es lo que se quiere lograr, buscando un equilibrio entre lo que se dice y se piensa, puesto que en algunas ocasiones no conocerse va desencadenando un sin número de sucesos que pueden hacer que en algún momento te arrepientas de lo que estás creando y el camino que le brindas a tu vida, pues el autoconocimiento no solo involucra el actuar, sino también el nivel de seguridad que se tienen para ese actuar.

Por consiguiente, cuando se tiene seguridad frente a como actúo, como pienso y como reacciono ante la vida y los diferentes escenarios de esta, me permito no solo reparar algunos fragmentos que se pueden organizar, sino también ser responsable de mis emociones, reestableciendo las ideas y revaluando mi conducta, lo que a su vez puede brindar una perspectiva diferente y generar flexibilidad frente a situaciones que no se concebían y se pueden retomar, pues el conocerme me brinda las herramientas para mantener una emocionalidad con el otro, consigo mismo y con cada suceso, sea agradable o no, formando un aire de bienestar emocional, que trae consigo un nivel de resiliencia e inteligencia.

Para finalizar, no debemos dejar de lado que cada individuo es en la medida que se fortalece en un contexto y con los participantes de dicho contexto, pero es cada individuo también quien actúa por sí mismo y puede generar cambios en su realidad, más no en la realidad de los otros, pues estos actúan como observantes y hacen parte del escenario pero cada uno vive su propio papel y genera valor en la medida de lo que se es y se complementa con el otro.

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