Se entiende el autodesarrollo como esa capacidad de autogestionar el desarrollo individual de manera autónoma, por motivación e iniciativa propia, y un deseo genuino de adquirir herramientas y/o conocimientos que permitan desarrollar habilidades que promuevan el avance profesional y laboral.

Para esto hay que partir de un autoanálisis objetivo, de las fortalezas y oportunidades de mejora que se tienen frente al empleo actual, o al empleo que deseo adquirir, y en especial que exige actualmente el mundo con los cambios abruptos a los que nos impulsó el Covid-19 a los profesionales y empleados actuales.

En ese orden de ideas es necesario entonces hacerse cargo de los aspectos identificados que requieren ser reforzados, actualizados y/o adquiridos, para hacer del aprendizaje un proceso en la vida y no un evento fortuito, producto de un impacto sorpresivo.

Esto involucra inicialmente contemplar el Ser y sus habilidades blandas que llevadas al trabajo pueden ser facilitadoras u obstaculizadoras de unos resultados que se esperan, o de un ambiente laboral positivo, o de un equipo motivado y comprometido, o de unas relaciones interpersonales basadas en el respeto, entre muchas otras.

En segunda instancia es analizar desde el saber, que necesitamos aprender, si para eso hay que inscribirse en la academia para estudios formales, o tomar cursos, ver tutoriales, la lectura, grupos de estudio, asistir a seminarios, etc.

El último paso es llevar a la práctica los nuevos conocimientos adquiridos, a tal punto de lograr la maestría en lo aprendido, de tal manera que se vuelve estilo de trabajo, manera de hacer las cosas, de relacionarse etc, etc, lo que puede nombrarse una transformación en la medida que permanece en el hacer, desarrollándose más, con su uso

Es esto entonces una clara invitación al autoconocimiento, a implementar autoevaluación de sí mismo y muy especialmente a salirse de la zona de confort, para tomar las riendas del propio aprendizaje y desarrollo de habilidades adquiriendo ventajas competitivas dentro de un mercado laboral a través de la puesta en marcha, y experticia que posibilita el conocimiento llevado a la práctica cotidiana.