En Colombia 3.8 millones han consumido droga en su trabajo
Según un estudio, 2,1 millones de colombianos fumaron marihuana en sus sitios de trabajo.
Cerca de 53.000 personas que se vieron involucradas en el último años en un accidente de trabajo habían consumido alguna sustancia psicoactiva 12 horas antes o menos. Y 92.582 empleados se excusaron de asistir a laborar al menos un día en el mes como consecuencia del uso de las drogas o el licor.
Las cifras hacen parte de la radiografía que el Estudio Nacional de Consumo en Hogares –realizada por los ministerios de Justicia y Salud, la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Unodc) y la OEA– hizo de la incidencia de las drogas y el licor en empleados y en espacios laborales.
En el censo fueron consultadas 32.065 personas entre los 12 y los 65 años, que representan un universo de 23 millones de colombianos. Entre los resultados generales, el que más llamó la atención fue el del uso de la marihuana, que ha sido consumida en el último año por 2’645.000 colombianos, un millón más que en la encuesta del 2008.
Los encuestadores también preguntaron a los consultados si actualmente estaban trabajando. Del total, 17.292 (el 53 por ciento) dijeron tener un empleo. El censo proyectó que ese número representa a 12’434.665 colombianos, sin que necesariamente estén vinculados formalmente a una empresa.
A ellos les preguntaron exclusivamente sobre accidentalidad, ausencias y uso de sustancias psicoactivas en horarios y contextos de trabajo. Además de comprobar el riesgo y el costo que suponen este tipo de situaciones, sorprendió el número de trabajadores que reconocieron que en el último año habían consumido alguna droga ilícita durante la jornada laboral: los que dijeron sí (5.758) equivalen a un universo total de 3,8 millones de personas.
De acuerdo con datos suministrados por la Unodc y el Ministerio de Justicia basados en el estudio 2,1 millones de colombianos fumaron marihuana y otros 1,7 millones consumieron cocaína en sus sitios de trabajo. La proyección de los que dijeron haber consumido licor equivale a 1,1 millones de trabajadores.
María Mercedes Dueñas, jefa del Área de Reducción del Consumo de Drogas de la Unodc, dice que el uso de una sustancia psicoactiva por un trabajador es preocupante porque pone en riesgo su seguridad y, de acuerdo con el oficio, a quienes lo rodean. “Es un tema que a las empresas les debe importar cada vez más, porque esa afectación en la salud del trabajador incide no solo en la productividad, la accidentalidad y el ausentismo, sino también en el entorno laboral en términos de convivencia”, dice.
Agrega que las compañías y las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) deben prestar atención a lo que sería el uso de esas drogas, para poder diseñar programas de ayuda. “Por ejemplo, con la marihuana es evidente que se ha consumido. Los ojos rojos, el olor que se impregna en la ropa y cambios en el tono y forma de expresión son las señales más evidentes”, dice Dueñas.
Ese consumo se vio reflejado en las excusas que presentaron muchos trabajadores para no asistir a laborar. Sus ausencias llegan a los 8’698.355 días, de las cuales 489.823 fueron por haber consumido drogas o licor en las 12 horas anteriores. “Eso no solo se traduce en pérdidas para las empresas, sino que es una señal de las repercusiones del consumo en la situación de estas personas”, comenta la experta.
Un estudio del antiguo Ministerio de la Protección Social señala que los sectores más vulnerables al consumo son el de la salud, el financiero, el de transporte, el eléctrico y el de la construcción.
Aunque no está demostrado que el inicio del consumo esté relacionado con factores laborales, expertos dicen que sí puede persistir o aumentar por razones como el estrés, el riesgo de quedar desempleado y las malas condiciones o ambiente precario en las empresas. “Los viajes y el alejamiento de las relaciones sociales, trabajos variables por turnos o solo nocturnos, un empleo monótono y modalidades de trabajo que obligan a cambiar de lugar también están en la lista de condiciones que podrían generar consumo”, se lee en el informe del Ministerio de la Protección, que será retomado en un plan de prevención que diseñan los ministerios de Justicia y de Trabajo junto con Unodc.
Pocos conocen reglamento en empresas
La encuesta arrojó que un poco menos de 4 millones de trabajadores no habían recibido ni conocían de planes y campañas en la empresa para prevenir el consumo de drogas o alcohol.
Además, menos de la mitad de los consultados conocían que en la compañía existía un reglamento especial que regule o controle el uso de sustancias psicoactivas. De los consultados, solo el 44,2 respondió que los conocían. La cifra representa 5,5 millones de los 12,4 millones de la encuesta.
‘ARL deberían comprometerse más en prevención’: ONU
La Oficina contra las Drogas y el Delito de la ONU (Unodc) dice que las Administradoras de Riesgos Laborales (ARL) deben asumir un papel más contundente para prevenir el consumo en las empresas.
María Mercedes Dueñas, jefe del área de reducción de consumo de la Unodc, dice que hasta ahora el papel de las ARL consiste en dictar charlas y entregar folletos.
“Así como las aseguradoras ofrecen el conductor elegido, porque económicamente es más viable esa opción que pagar los daños en un accidente, deben plantear estrategias contundentes para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas”, dice Dueñas.
Por su parte, Aldemar Parra, coordinador del Grupo de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas del Ministerio de Salud, explica que las ARL están obligadas a ayudar a las empresas a contar con un diagnóstico para detectar las situaciones de riesgo laboral que puedan desencadenar consumo o incrementarlo.
Dice que, si la empresa descubre a un empleado con dependencia, debe garantizar que sea remitido a la EPS para que se le brinde tratamiento. “En principio el empleado no puede ser despedido, con excepción de que en el reglamento esté explícita esa prohibición porque pone en riesgo la seguridad de otros”, señala Aldemar Parra. Esto aplica para sectores de la salud o del transporte, por ejemplo.
Cifras de Fasecolda dan cuenta de que en el país hay 632.540 empresas afiliadas a 10 ARL. Estas cubren a 8,3 millones empleados.
Las cifras sobre tratamientos de EPS para adictos o dependientes son precarias: se sabe que hay 14.290 diagnósticos, según Acemi.
Tomado de :
http://www.eltiempo.com/politica/justicia/aumenta-consumo-de-drogas-en-el-trabajo/14674817
Foto: Archivo / EL TIEMPO