En la actualidad el componente humano ocupa un lugar significativo en el contexto organizacional, las compañías han identificado la necesidad de apostarle al fortalecimiento de este por medio de estrategias que resaltan la importancia de implementar acciones que generen movilidad desde el aspecto motivacional y de bienestar, ofreciéndole a sus colaboradores un panorama que les permita el crecimiento personal y profesional y la consecución de sus proyectos de vida. Apuntándole así al desarrollo humano como elemento fundamental en la implementación de su plan estratégico organizacional.
Si se tiene en cuenta una definición general de desarrollo humano, hay varios aspectos que subyacen a él, que permiten mejorar la comprensión de los factores a los que se debe apuntar para materializar este tipo de procesos; “para desarrollarnos plenamente los seres humanos debemos tener las condiciones necesarias para satisfacer nuestras necesidades axiológicas (lo que valoramos como indispensable), para tener una óptima calidad de vida; de subsistencia; de protección; de afecto; de entendimiento; de participación; de ocio, de creación de identidad y de libertad. Al igual que las necesidades existenciales en el ser, hacer, tener y estar” (Manfred Max-Neef (1993), Desarrollo a escala humana conceptos aplicaciones y algunas reflexiones, Editorial Nordan Comunidad, Uruguay).
En el párrafo anterior Max Neef hace una breve introducción a lo que él entiende como desarrollo humano a nivel general. Si vemos los conceptos a la luz del contexto organizacional no está lejos de lo que plantea el autor. El trabajo como fuente de dignificación humana permite suplir las necesidades no solo básicas sino también aquellas relacionadas con el componente creativo y propositivo (Selim Jahan (2015), Repensar el trabajo por y para el desarrollo humano, http://hdr.undp.org/es/repensar-el-trabajo-por-y-para-el-desarrollo-humano) que caracteriza al ser humano. En este momento histórico vemos organizaciones comprometidas con brindar a sus colaboradores lo que en síntesis se platea como desarrollo humano, calidad de vida, y aunque esta puede ser entendida de manera subjetiva, el hecho de pensar en el trabajo como un medio que permita el desarrollo y el fortalecimiento no solo del hacer, el tener y el estar (necesidades existenciales) sino también en la implementación de culturas organizacionales que fomenten valores transformadores dirigidos a la felicidad y al bienestar como objetivo organizacional (necesidades existenciales) describen ya un panorama alentador que le posibilita a las personas vincular a su proyecto de vida a la organización, generando así estabilidad y sostenibilidad.
Ahora bien, Latinoamérica, uno de los continentes más afectados por la pobreza y los pocos recursos, se enfrenta a grandes desafíos para combatir el desempleo y lo que viene con él, altos índices de pobreza, que traen consigo la ausencia de calidad de vida y pocas posibilidades para el desarrollo y lo que sobreviene de sus beneficios (Oficina Regional de la OIT para América Latina y el Caribe (2016), Panorama laboral América latina y el Caribe 2016, http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_537803.pdf), sin embargo, y con la esperanza de contribuir a la equidad social y laboral los países se han comprometido con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que buscan finalmente contribuir a la tesis central del desarrollo humano, el mejoramiento de la calidad de vida, pero no solo contemplando aspectos de índole laboral o social sino también generar cambios significativos en la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad que tenemos con el planeta, reconocer el rol de la mujer en la sociedad y erradicar la discriminación no solo en sus hogares sino también, en el campo laboral donde realizan las mismas actividades del sexo opuesto por salariamos mucho más bajos, la reducción de la desigualdad… Entre otros objetivos que tienen como fin pensar en la equidad como una posibilidad de vida y de crecimiento mundial (Objetivos de desarrollo Sostenible (s.f.), http://nacionesunidas.org.co/ods/).
Si hay una mirada holística que posibilite ver el desarrollo humano como un todo y no como una parte descompuesta de la globalidad de este concepto, será más fácil para las organizaciones apuntarles a las necesidades existentes no solo en el interior de su compañía sino también teniendo en cuenta el contexto social que los permea para ser asertivos en la responsabilidad social empresarial que comparten con las masas.
Finalmente, a pesar de las desavenencias que se presentan a nivel social, las organizaciones han identificado focos que desarrollar, como su capital humano, indispensable para que sean lucrativas, alcancen longevidad y sean referentes donde las personas deseen emplearse y cumplir con sus proyectos de vida; anexo a esto permitir que socialmente haya sostenibilidad, equidad y generación de oportunidades de empleo, que influyen directamente en el mejoramiento de la calidad de vida socialmente hablando. Además de contribuir con los objetivos de desarrollo sostenible que cumplidos brindan una visión alentadora de una sociedad equitativa, que contribuye al desarrollo humano.
Elaborado por: Andrea López Gómez / Psicóloga Rh Positivo