Por: Doris Arango Valderrama
Coordinadora de proyectos Rh Positivo
Para hablar del prestigio tomaré la definición Wikipedia, que dice: “Es el grado de aceptación general que tiene una conducta, una actitud o aceptación social entre los miembros de una sociedad”, por lo tanto el colectivo defiende dichas conductas que ya están instauradas por su previa aceptación, llegando a sancionar socialmente a quien de allí se salga, pudiendo con esto perder la reputación, buen nombre y credibilidad.
De allí que el prestigio se convierte en una marca personal, es decir un distintivo individual ante el colectivo social, laboral, familiar, el cual hay que salvaguardar como uno de los mayores tesoros, porque ahí se involucra la confiabilidad y credibilidad que como personas tengamos en los diferentes ámbitos propios de la vida del ser humano, como es el laboral, que se convierte el espacio en el cual pasamos la mayor parte de nuestro tiempo de vigilia.
Por lo tanto ser confiable ante el equipo de trabajo, es fundamental para el avance como persona y como profesional en la medida en que podrán encargarse proyectos importantes con la certeza que saldrán perfectos por el trabajo de calidad, riguroso y respetuoso de los tiempos pactados para los entregables, lo que hará que gracias al prestigio y resultados puedan ser otorgados nuevos retos que continúen en la línea ascendente del aprendizaje y desarrollo individual y colectivo.
Es de esta manera que a través del prestigio se gesta una espiral virtuosa, que en aras de lo que sustenta el prestigio personal como marca propia posibilita avances significativos y logros trascendentales.
No obstante como un gran tesoro que es, hay que cuidarlo y estar atento a las posibles desviaciones que pudieran surgir, para actuar en consecuencia con los respectivos correctivos con asunto como la consistencia que significa mantener en el tiempo la misma conducta, por ejemplo la puntualidad será un asunto de todas las citas y compromisos, no cumplir unos y otros no, son todos los que se adquieren. La Coherencia es otro aspecto a cuidar porque la ausencia de la misma afecta de manera negativa nuestro prestigio, así como las conductas irrespetuosas que pudieran tenerse en determinados momentos, o de excesiva confianza con otras personas. En este orden de ideas el manejo confidencial de la información que se tiene es otro elemento bien importante cuando de prestigio como marca personal, estamos hablando.
Si bien es como humanos podemos equivocarnos, quien está cuidando su prestigio, lo asiste un alto nivel de humildad para reconocer sus errores y de corazón ofrecer disculpas y hacerse cargo de los ajustes personales de manera consistente, para no reincidir, concluyéndose entonces que es algo en lo que día a día debemos trabajar para cuidarlo, fortalecerlo y alinearlo permanentemente a nuestro propósito mayor en la vida.