Surge una pregunta, ¿cómo se están manejando actualmente las ventas? En un mundo digital, donde buscas lo que necesitas por internet y te arroja muchos proveedores que ofrecen lo mismo, a precios similares. Entonces nos cuestionamos… ¿Cuál va a ser el factor determinante para que el cliente tome una decisión, y qué debemos hacer nosotros para que se decida por nuestros productos y/o servicios? La respuesta a esto es que tenemos que seguir viendo el cliente como un ser emocional, donde importa su forma y manera de comprar para suplir sus necesidades.
Aunque la tecnología avance y hablemos de análisis de datos, email marketing, WhatsApp, redes sociales y demás canales que nos acerquen a un posible cliente, no podemos manejar una venta fría donde solo importe la relación cliente VS producto, por que somos seres humanos personas comprando a personas. El cliente necesita cosas básicas como que se le escuche, que se hagan productos de acuerdo a su presupuesto, que encuentre soluciones a lo que busca y sobre todo que vea al vendedor como un amigo que le asesore y le aconseje para hacer una buena compra que satisfaga su necesidad inmediata.
Conseguir vendedores es muy fácil y tener amigos es muy difícil solo un ser con la virtud del servicio es capaz de entregar su conocimiento sobre determinado producto de manera transparente y desinteresada ¿podemos llegar a eso? Mi respuesta es “TENEMOS que llegar a eso”. Solo un acto de amor podrá en estos tiempos hacer posible la verdadera venta que a su vez se multiplicará mediante una buena referencia de un amigo satisfecho.
La satisfacción da un grado de felicidad que produce enamoramiento y el enamoramiento es algo que si no se cultiva se esfuma, razón por la que las relaciones comerciales deben de ser duraderas y si es posible eternas. Atrás quedo el viejo vendedor para convertirse en un servidor que pone todo su interés en satisfacer la necesidad del otro dejando atrás sus intereses personales.