Trabajar en el sector de la consultoría enfocada en la gestión del talento humano es mucho más que cumplir tareas y alcanzar objetivos; es una oportunidad para disfrutar lo que hacemos y experimentar una conexión emocional profunda con nuestro trabajo, entendiendo que estamos impactando vidas. Esta experiencia, conocida como flow, no solo nos beneficia a nivel individual, sino que también tiene un impacto significativo en las organizaciones y en la sociedad en general.
El Flow como impulsor de la productividad
El flow es ese estado mental en el que estamos completamente inmersos en una actividad, sintiendo que el tiempo vuela y que cada tarea tiene sentido y valor. Para quienes trabajamos en gestión humana, alcanzar este estado es clave. Cuando disfrutamos nuestras labores diarias, no solo somos más productivos, sino que además influimos positivamente en nuestro entorno. La pasión y el compromiso con los que abordamos nuestros proyectos se contagian, generando un ambiente de trabajo más colaborativo y motivador.
Conexión emocional y resultados organizacionales
Tener una conexión emocional con el trabajo implica comprender cómo nuestras acciones impactan los resultados de la organización. En el campo de la gestión del talento, esto se traduce en reconocer el efecto de nuestras decisiones y estrategias en el bienestar de los colaboradores, en la satisfacción de los clientes y en el entorno organizacional.
Por ejemplo, al implementar programas de bienestar laboral, no solo promovemos la salud y felicidad de los equipos, sino que también fortalecemos la fidelización y el compromiso. Esto se refleja directamente en una mayor productividad y en el éxito de la compañía.
Este punto es especialmente relevante en el contexto colombiano de 2025, donde la alta rotación y la escasez de candidatos en los procesos de selección se han convertido en una realidad evidente. El reto para las organizaciones es generar planes de fidelización, entendiendo que no todas las personas encajan en todas las empresas. Podemos ser excelentes profesionales, pero si no sentimos una conexión con el propósito de la organización y con nuestro rol, la ausencia de flow puede convertirse en el detonante de una renuncia anticipada.
Impacto en el crecimiento de la sociedad
Cada vez que ayudamos a un colaborador a desarrollar sus habilidades, estamos aportando no solo a su crecimiento profesional, sino también al desarrollo de la sociedad. Las personas que se sienten valoradas y apoyadas en su entorno laboral tienden a ser más activas en sus comunidades, compartiendo lo aprendido y promoviendo los valores adquiridos. Así, el bienestar individual se transforma en bienestar colectivo, impulsando una sociedad más conectada, próspera y equitativa.
Estrategias para gozarse el trabajo
Desde esta perspectiva, el desafío de las organizaciones —y especialmente de la alta dirección— es caracterizar bien a su equipo humano. Entender que lo que representa bienestar para unos no lo es para otros, y poder identificar cuáles son esas pequeñas prácticas, rituales o iniciativas personalizadas según las necesidades y aspiraciones individuales, puede ser la clave para generar mayor sentido de pertenencia y permanencia en la organización.
En un entorno tan digitalizado, donde muchas empresas operan bajo esquemas de teletrabajo y la desconexión entre áreas es una constante, vale la pena analizar y promover acciones como:
- Explorar modelos híbridos que combinen lo mejor del trabajo remoto y presencial.
- Fomentar espacios de conversación significativa, que permitan comprender cómo se sienten los colaboradores.
- Indagar las causas de las fallas en los procesos, entendiendo que muchas veces la raíz está en la desconexión emocional de las personas.
- Seleccionar talento que no solo cumpla con requisitos técnicos o académicos, sino que también vibre con el propósito de la organización.
En conclusión
Es válido hacer una pausa cuando las cosas no están fluyendo y preguntarse:
¿Es este el lugar, la empresa, el propósito y la gente con la que quiero trabajar y estar?
El flow es protagonista silencioso pero poderoso en los resultados individuales y colectivos. Es esencial para el crecimiento profesional y organizacional. Gozarse el trabajo no es un lujo, es una necesidad para quienes creemos que el talento humano transforma realidades.
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