Por: Lila Jimenez
Psicóloga Senior de Recurso Humano Positivo
Las técnicas de afrontamiento se han convertido en una de las herramientas de más impacto en el quehacer laboral y personal, sin embargo, desarrollarlas y aplicarlas es un gran reto para el individuo, entendiendo que tiene un fondo importante de características de personalidad.
En ocasiones muchos de nosotros al momento de identificar el conflicto sabemos lo que se debe hacer, sin embargo, ese acto se convierte en teoría y para ser llevado a la práctica es poco lo que se hace, si bien las decisiones de afrontar las tomamos desde lo emocional y es allí donde empezamos a interponer nuestros propios mecanismos de defensas, miedos y temores
Existen en realidad muchas estrategias posibles de afrontamiento que puede manejar un individuo. El uso de unas u otras en buena medida suele estar determinado por la naturaleza del estresor y las circunstancias en las que se produce. Por ejemplo, las situaciones en las que se puede hacer algo constructivo favorecen estrategias focalizadas en la solución del problema, mientras que las situaciones en las que lo único que cabe, es la aceptación favorecen el uso de estrategias focalizadas en las emociones (Forsyth y Compas, 1987).
En el proceso y resultado final del afrontamiento pueden intervenir muchas variables es decir que Tanto los factores internos como externos pueden modular, de forma favorable o desfavorable, el impacto de un estresor.
En la práctica organizacional no lleva a pensar en lo útil y necesario que resulta hacer un buen proceso de selección que permita identificar las estrategias de afrontamiento que un individuo tiene, ello relacionado con el cargo a desempeñar, pero más importante aún, es que estas técnicas de afrontamientos conversen con las competencias organizacionales derivadas del perfil oculto de la empresa.
Existe una brecha importante por cerrar en los procesos de selección al momento de la identificación de la técnica de afrontamiento, el rol que actualmente desempeña la empresa es de descarte ante el uso o no de las misma, por ello una oportunidad para la identificación de usos de estrategias de afrontamiento es el momento de la medición de riesgo psicosocial.
De la mano de los resultados que finalmente arrogan un dato estadístico está la intervención, hacia el individuo, resulta interesante que las organizaciones una vez identifique el nivel y/o utilización de técnicas pudiera intervenir en ellas, reeducando, enseñando y generando un proceso de aprendizaje que le permita al empleado ejecutarlo en su cotidianidad personal y profesional entendiendo la dinámica del ser humano como un todo ser integral biopsicosocial
Las consideraciones organizacionales con relación al tema deben ser lo suficientemente objetiva en la intervención, debido a que son muchos los factores que interviene sobre todo en el proceso de Insight, sin dejar de lado los antecedentes sociodemográficos y de cultura que trae consigo el empleado.
Informar, sensibilizar y educar podrían ser un buena práctica organizacional de gran aporte en el desarrollo del individuo.
La madurez y el nivel de afrontamiento que deben tener los colaboradores de una organización son fuentes vitales para el manejo de personal, motivación, resolución de conflicto, trabajo en equipo, relaciones interpersonales y comunicación que sin duda aportan al individuo pero también al proceso volviéndolo cada vez más puro y transversal.