Te has hecho la pregunta ¿Qué quieres para tu vida?, ¿cómo lograrás cumplir cada sueño?, ¿qué obstáculos debes vencer para alcanzarlo?
En la cotidianidad nos enfrentamos a un sinnúmero de situaciones desde temprana edad en las que empezamos a crear modelos y patrones a partir de figuras que día a día nos acompañan en nuestro crecimiento.
Un proyecto de vida supone la elección de ciertas direcciones y la exclusión de otras, lo que puede generar un conflicto existencial y llevar a un estado de indecisión. Es común que las personas se dispongan a tomar decisiones desde lo socialmente esperado, y es aquí cuando partimos a un error, ya que emprendemos un camino en el que queremos satisfacer las necesidades de quienes esperan lo mejor para nosotros, pero ¿estamos convencidos de que esa decisión apuntará directamente a nuestra felicidad?
Es fundamental tener presente que al momento de tomar una elección como parte de nuestro proyecto de vida existe un efecto inmediato que tiene que ver con el descarte del resto de opciones, y esto supone un riesgo si las cosas no resultan como se han planificado, pues al instante que esto ocurra se cuestiona el criterio mismo de la toma de decisiones, conllevando a dejar que todo pase y cayendo en la trampa de que si uno planifica estas no resultarán, a su vez dejándonos consumir por el día a día y postergando todo lo que en algún momento soñamos.
¿Qué pasa entonces con nuestro proyecto? Simplemente deja de ser, ya no es un motivo por el cual luchar y construir, sino ideas que quedan vagas en nuestra cabeza y que pasan por alto, pero afortunadamente puedes hacer algo por ello y hacer, un pare, existiendo otra oportunidad para pensar nuevamente. ¿Qué quiero alcanzar?
En este momento es hora de emprender acciones, a partir de una evaluación acerca de cómo está tu vida, qué quieres cambiar y cómo lo quieres lograr. Una vez tengas esto claro puedes iniciar. Cada quien es libre de tomar una cierta posición que desee frente a ella, por esta razón ten en cuenta que no existe el fracaso como tal, y si te has dado la oportunidad de empezar y no puedes conseguir alguna de tus metas, no desfallezcas, las posibilidades de alcanzarlas son infinitas tú mismo debes encargarte de buscarlas, ser constante y no decaer. Debes analizar qué hiciste mal, y no lo repitas nuevamente, aprende de tus propios errores.
Los proyectos se cumplen en tanto asumimos un compromiso moral y personal, contigo mismo, no con la sociedad que espera, porque sería un proyecto ajeno. Es fundamental que tengas un plan que te permita ir monitoreando las acciones que estás llevando a cabo y cuáles no, revisar el por qué e implementar una nueva estrategia para alcanzarlo.
Una vez estés cumpliendo con tus propósitos que hacen parte de la satisfacción que te han generado, no pares, no te permitas estar en una zona de confort, sino por el contrario, planea nuevas cosas y sigue alcanzando, siendo este camino el mejor para crecer y desarrollarnos en todos los ámbitos que como seres humanos tenemos, con la autoconfianza y autoestima en alto.
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