Introducción
El descanso definido como reposo, quietud o pausa que se hace en medio del trabajo o de otra actividad, con el fin de aliviar el agotamiento y las dolencias físicas o mentales, también puede entenderse como sinónimo de sueño, relajación u ocio.
A veces sentimos que el descanso solo lo obtenemos durante el sueño y de alguna manera, cuando no estamos durmiendo y aun así nos damos un espacio para descansar, solemos sentirnos culpables o incluso pensamos que deberíamos estar haciendo algo productivo durante este tiempo.
Existen diferentes formas de descanso, no todas incluidas en nuestras rutinas y no siempre están presentes de manera consciente cuando pretendemos descansar. Más que una recompensa, debemos visualizar el descanso como una necesidad vital.
Dentro de los muchos tipos de descanso que deberíamos lograr, se encuentran el físico y el mental, sin embargo, hay algunas maneras de descansar que seguramente no conocemos o no practicamos por nuestros ritmos de vida acelerados, y por lo mismo, nos perdemos de los beneficios que tiene liberarnos momentáneamente de algunas cargas que llevamos en el día a día.
El descanso físico
Es el más mencionado y anhelado por todos, necesario para mejorar la salud y la mente. Además del sueño, descansar físicamente puede incluir cualquier cosa que restaure el cuerpo, desde tomar un baño, hasta correr o hacer ejercicio, al hablar de descansar cualquier opción es válida mientras el cuerpo pueda descargar el estrés a través del movimiento.
El descanso metal
A lo largo de la vida, nos enfrentamos a jornadas de trabajo de más de ocho horas, y probablemente luego del trabajo debamos continuar con esa lista de tareas y responsabilidades inherentes a la vida de un adulto.
Disfrutar la comida, hablar con tus seres queridos, anotar pensamientos positivos que se nos vengan a la cabeza, escuchar música animada camino a casa o durante el almuerzo; pueden ser breves momentos que nos ayudan a mantener los pies en la tierra, mejorar nuestro humor y hacerle un favor a nuestro cuerpo y mente.
¿Porque sucumbir al estrés, la ansiedad y la tensión? Y aunque los horarios generalmente no nos permiten realizar una sesión muy extensa de mindfulness, nada nos impide sacar varios ratos sueltos a lo largo del día para tomar descansos mentales.
El descanso emocional
Se trata de ser honestos con nuestros sentimientos, enviarle a nuestra pareja un mensaje expresando lo que estamos sintiendo en ese instante, llamar a nuestros padres y decirles cuanto significan o hablar con algún amigo de los acontecimientos que han marcado nuestras vidas últimamente, nos ayudara a aumentar los niveles de oxitocina en el cuerpo, dándonos esa sensación de calma y bienestar.
El descanso social
Es un tipo de descanso que nos permite un momento para centrarnos en nosotros mismos y no en la sociedad. Estamos socialmente cansados cuando no podemos diferenciar entre aquellas relaciones que nos reviven de aquellas que nos agotan.
Es recomendable localizar un espacio que nos brinde tranquilidad en la casa o algún lugar favorito. Es ideal planificar una actividad que disfrutemos realizar, apartar un espacio de tiempo en el día para realizar el descanso social, intentando que sea al llegar del trabajo o al finalizar el mismo.
Para experimentar un descanso social, no siempre nos debemos alejar de los demás, muchas veces bastara con rodearnos de personas positivas y comprensivas, que nos generen lo contrario a la fatiga social.
El descanso espiritual
Se trata de conectarse con algo más grande que nosotros mismos, sobre todo cuando nos sentimos atrapados en los problemas y no logramos ver el panorama completo. Es la capacidad de conectarse más allá de lo físico y mental.
Hay una serie de actividades que podemos realizar para tener esos momentos que satisfacen nuestro espíritu. Leer, meditar, escuchar un podcast, hacer algo nuevo o simplemente sonreír, harán que el alma descanse y sirven para liberar tensiones acumuladas en el cuerpo y calmar el estrés durante unos minutos.
Conclusiones
Como podemos ver, solo dormir no nos va a llevar al punto en que nos sintamos totalmente descansados. Descansar lo suficiente y de diferentes formas nos ayudará a estar más activos y mejorará nuestro rendimiento. Asimismo, puede ser beneficioso para evitar el mal humor y la irritabilidad.
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