El caminar profesional está colmado de desafíos, que exigen pensar y sobre todo actuar de manera diferente, retar al status quo para sorprender finalmente a los clientes con el valor que representan las nuevas ideas.
La generación de nuevas ideas es creatividad, la materialización de las mismas es innovación, que requiere tener un valor percibido por la persona o grupo hacia cual va dirigido; de lo contrario, son solo buenas ideas. Para llegar a la innovación se requiere entonces de creatividad y esta última no es, como se ha creído una característica de algunas personas, que la tienen de manera innata; claramente, la creatividad puede ejercitarse y es ahora más que nunca, una habilidad fundamental para profesionales, incluso trabajadores de cualquier nivel y área en las organizaciones.
En la universidad de Harvard, la psicóloga Teresa Amable plantea la creatividad como la interacción de tres componentes:
- Conocimiento: tener la información necesaria acerca del área sobre el cual hará el ejercicio
- Habilidades de pensamiento creativo: facilidad para explorar diversas perspectivas, que implica cierta flexibilidad personal
- Motivación: partiendo de la percepción de desafío que supone el tema, además del propio interés y el disfrute percibido; también puede verse favorecida por recompensas externas
El tercer componente es el que más injerencia tiene, pues el solo hecho de querer, hace que se movilice la energía para obtener el conocimiento y desarrollar la habilidad de pensamiento creativo.
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La creatividad no tiene relación con coeficiente intelectual, pero si tiene relación con la toma de decisiones más acertada, encontrar respuestas a problemas cotidianos; por lo tanto, no necesariamente tiene relación directa con el arte, pero con una vida más divertida, pues las personas creativas, suelen explorar y experimentas situaciones diferentes, que so fuente de gratificación y nuevas fuentes de conocimiento a inspiración
Por lo tanto, el principio y fin de la creatividad será desafiarse a si mismo, aquí algunas recomendaciones simples para incentivarla:
- No te subestimes: cada idea que se ocurre es un logro, no te autocritiques y valórate
- Evite pensamientos negativos acerca del fracaso: a veces errar o fracasar es el camino para crear, aprender de estos también es el camino
- Medita: una mente en calma siempre será un terreno óptimo para las buenas ideas
- Encuentra referentes y mentores: explora personas que se caracterizan por las nuevas ideas, dentro de tu tema de interés
- Conéctate con intereses opuestos a los tuyos. A veces en lo opuesto están las respuestas; ábrete a nuevas experiencias y áreas
- Profundiza en los temas que te gustan: Estudiar sobre el tema que te interesa, buscando nuevos autores, miradas.
Contrario a lo que podría pensarse, una buena manera de crear es soltar. Cuando una idea, lectura, ejercicio de creación, se ha trabajado y luego se suelta, el inconsciente continúa trabajando en este y es allí donde en ocasiones, llegan las mejores ideas. Empecinarse con soluciones sin dar espacio, puede saturar y hacer que las ideas terminen en el mismo punto. A veces, la dilación puede ser el mejor aliado.
Y recuerda: “Ser original no implica ser el primero… solo significa ser diferente y mejor”*.
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*Grant, Adam. Originales (Spanish Edition) . Grupo Planeta – Colombia. Edición de Kindle.