Podríamos definir el feedback como dicho proceso que facilita la comunicación efectiva entre dos partes, haciendo que estas estén alineadas en un mismo objetivo y que este a su vez partiendo de lo particular no pierda el punto en común para el logro.
Ahora bien, partiendo de lo anterior, se debe subrayar el porqué es importante dicha práctica, y es que no basta con mencionar qué hace parte del proceso comunicativo, sino del impacto que este tiene sobre las personas en el ámbito laboral, como lo es el mejoramiento del ambiente, además de la relación de cercanía y confianza entre superiores y empleados y viceversa, porque un feedback efectivo no es aquel que mira una sola dirección, sino que se construye con dos posiciones argumentativas.
Es importante resaltar que el impacto que genera el feedback por parte de los colaboradores es de extrema utilidad para la empresa pues no solo brinda un mejoramiento continuo en la relación laboral, sino que también ayuda en la optimización de procesos y como estos a su vez pueden dar paso a la toma de decisiones, pues son los colaboradores quienes viven el día a día y la operación, por ende, su aporte es de gran valor. Es aquí entonces donde se ve la importancia de que el empleador esté abierto a la retroalimentación puntual y especializada de cada uno de sus colaboradores, teniendo muy presente el área de desempeño, conocimiento y manejo del rol.
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¿Y cómo hacerlo?
No basta con subrayar o señalar qué está bien o está mal en la persona que ejecuta la acción, sino también brindarle las herramientas de mejora que requiere para fortalecer su labor o desempeño o por el contrario brindarle el debido reconocimiento frente la labor desarrollada de manera óptima para la organización.
Así mismo no debe dejarse de lado el análisis del nivel de compromiso e identificación que transmite el empleado con la organización pues el efecto de cambio que produce el retroalimentar para la mejora es fruto del querer y el estar motivado para hacerlo.
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