En las organizaciones como en la vida misma existe diversidad de pensamiento y posturas, las cuales marcan la identidad propia de la persona, pues brindan un enfoque particular que posterior al relacionamiento, se envuelve en un rumbo colectivo, en donde ya no participa solamente mi cultura o posición, sino que se vuelca a una construcción colectiva para un fin determinado.
Si bien las organizaciones estipulan un estilo de cultura organizacional marcada por signos visibles de comportamiento, enfoques hacia el resultado y estrategia organizacional, no se puede desconocer que el talento que propicia dicha cultura está marcada por la diversidad de pensamiento, por lo que si se realiza una revisión de dicha posición, se encuentra no solo la influencia familiar, educativa, cultural, sino también las experiencias propias que van dando posición a un criterio específico.
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Por consiguiente, es dicho criterio quien me marca una posición en la organización y es este el que brinda entrada al contexto en el cual me desempeño, entonces por qué no escucharlo, incluirlo y hacerlo partícipe de la construcción, es decir, que se pueda no solo tener presente que las personas de la organización piensan diferente y se desenvuelven en contextos diferentes, sino que también estos hagan juego con los crecimientos y proyectos organizacionales brindándoles actuación de los planes y objetivos de esta.
Por lo tanto, hablar de inclusión no es solo tener presente que en mi organización puede existir diversificación de género y cultura, sino también diversidad de pensamiento y posición, la cual en sus inicios enamoró para posicionarse y estar inmerso en la cultura, por lo que seguirá enamorando para quedarse y crecer con esta, pues tiene miradas desde otro ángulo y estas posiciones pueden beneficiar no solo en el día a día de la operación, sino también brindar soluciones que pueden estar representadas desde diferentes perspectivas para el crecimiento organizacional.
Finalmente, el mensaje va dirigido a que las organizaciones escuchen, valoren, incluyan y brinden participación a sus integrantes no solo desde del hacer cotidiano, si no en el reconocer que su diversidad de pensamiento puede generar construcción y valor al cambio, innovación y posicionamiento organizacional.
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