Siempre he defendido la teoría de que se debe diferenciar lo personal y lo familiar, en lo personal entra en juego tu personalidad, tus costumbres, tu manera de ser, empatía y demás manías que tenemos como seres individuales y que lo familiar cobija el hogar, tiempo con mis seres queridos, espacios de descanso y todo lo relacionado con el entorno familiar.
Así como también diferenciar lo profesional y lo laboral, lo profesional determina qué tipo de profesional eres, como creces en conocimiento y experiencia en la labor que realizas y tus objetivos organizacionales, asenso, distinciones y resultados, como pones al servicio de los demás tu conocimiento, por el contrario, lo laboral es como pones a favor de la empresa todos estos conocimientos adquiridos, mi compromiso y responsabilidad con la compañía, sacrificio y cumplimiento de los objetivos organizacionales.
En ese orden de ideas primero debo definir quién soy, como me visualizo, que tengo y de que carezco como persona, para identificar que quiero ser, cual es mi objetivo y a donde quiero llegar como profesional, una vez identifico eso y entiendo que debo ser una persona íntegra y coherente en como me comporto con clientes y amigos puedo empezar a trabajar en eso tan anhelado de lo que todos hablamos, en un equilibrio laboral y familiar.
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El principal dilema pasa por la necesidad de sentir que cumplimos con nuestro trabajo de la mejor manera, de demostrar que nuestra gestión es efectiva, astuta, innovadora, que realmente somos eficientes y eficaces para la empresa, si tengo claro mis objetivos personales y profesionales tendré clara la ruta para realizar mi labor de manera eficiente, eficaz, de aprovechar el tiempo, de buscar alternativas y demás acciones que permitan culminar el día con alto grado de satisfacción laboral, esto evita llegar a casa pensando en lo que no hice y lo que pude haber hecho, llevar esa incertidumbre a mi hogar y transmitirlo de manera inconsciente a mi familia.
Todavía hay gente que trata de vivir dos vidas, que dicen que no los afecta una cosa con la otra, que cuando salen del trabajo con dificultades llegan a casa como si nada, esto es completamente falso, es claro que tus relaciones familiares por más que trates de dejarlas en la casa siempre tienen repercusiones en nuestro desempeño del día, así sea un pensamiento negativo, desesperación o hasta ira, y lo mismo pasa con el trabajo, por más que trates de llegar a casa y hacer creer que no paso nada claramente puede que el ánimo no sea el mismo, que llegues con la sensación de MUCHA felicidad por algún logro o que llegues cabizbajo por algo que no te salió como esperabas, allí es cuando entra en juego lo familiar, se activa y es el regulador para equilibrar un poco esa incertidumbre o por el contrario incrementarla.
Entonces, ¿son dos mundos separados? No lo creo, lo laboral y lo familiar claramente son un mundo con dos extremos para equilibrarse, que debemos tener siempre en equilibrio, por ejemplo personalmente al terminar mi jornada laboral llego y mi hogar a disfrutar de mi hijo y mi esposa, discutiendo con ella diferentes acontecimientos que sucedieron en el día desde una mirada positiva, exaltando lo bueno que fue y que tuve algunas dificultades que claramente podrán solucionarse, pero se lo comparto, se lo comparto no a término de preocupación sino de alivio, esto permite liberar mi mente y sentirme respaldado y que ella pueda tener un panorama claro de cómo me siento, y que ella me ayude a llegar a un estado de calma que finalmente es el objetivo de nuestro hogar, tranquilidad, serenidad y recargarme de ese amor y buena energía para el próximo día.
Por tal motivo, cuando solo miramos una meta sin importar lo que pase, nos volvemos esclavos de nuestra mente, pasamos por encima de todo, empezamos a desmoronar nuestras relaciones profesionales y familiares por el simple hecho de llegar a un objetivo que solamente está trazado en nuestra mente y que creemos es el bienestar, desconociendo que lo importante está en el proceso, en disfrutar el paso a paso, que cada día pone su pilar, el aprendizaje que deja cada avance o dificultad y que llegar satisfecho a tu hogar es el mayor logro obtenido, que esto permite equilibrar tu entorno laboral y familiar, que finalmente no creas que vives en dos mundos diferentes sino en uno equilibrado.
Todos buscamos ese equilibrio, esa sensación de paz y armonía en nuestras vidas que nos garantice estabilidad y felicidad, sin embargo, este equilibrio está en todos los ámbitos de nuestra vida, seremos más felices en la medida que tengamos una mayor satisfacción con el entorno, con nuestro trabajo, con nuestros compañeros y con nuestro hogar, de lo contrario viviremos con la sensación de que nos falta algo.
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Cuando entendemos que la vida personal y profesional la debemos mirar de manera integral será la herramienta principal para disfrutar de nuestra vida laboral, puesto que engranando lo personal y lo profesional aumentas en gran medida tu productividad, la efectividad y precisión, como optimizar el tiempo y tener nuestro espacio para disfrutar con nuestra familia, esto a través de la flexibilidad, esa flexibilidad mental para aprender y comprender que el equilibrio laboral y familiar parte de la frase “siempre habrá tiempo para todo, es cuestión de enfoque”